CUANDO LAS APUESTAS ESTÁN EN CONTRA. 

“Cuando eres ciego, debe ser difícil tener autoestima”.

Es una frase que escucho frecuentemente pues, desde hace más de 15 años, perdí el poco porcentaje de vista que tenía.

Mi nombre es Emmanuel Meraz, soy conferencista y escritor; a la fecha de este escrito tengo 33 años y, desde que tenía 15, dejé de ver por completo. Para muchos, esta situación sería algo muy difícil de superar… y ¿qué crees? Sí lo fue. 

Sin embargo, no vengo a platicarte la historia de mi vida (ya habrá tiempo para eso en futuros escritos), sino que quiero tocar un punto muy específico:

¿Cómo tener autoestima, cuando todas las apuestas estarían en nuestra contra? 

Lo primero que quiero decirte, es que ni tú ni yo vivimos, ni estamos viviendo, la historia más triste del mundo. Cuando nos encontramos en una situación complicada creemos que nadie puede imaginar el dolor que sentimos; que nadie nos comprende y que cualquier dolor de otro ser humano es poco comparándolo con el nuestro. Para mí así lo fue, y seguramente te ha sucedido, pero tras algún tiempo comprendemos que las cosas son así y que hay poco qué hacer para modificarlas. 

No hay recetas mágicas. Me gustaría decirte que gracias a tal o cual frase logré aceptar la discapacidad, pero no es así de sencillo. Sin embargo, lo que puedo asegurarte es que la aceptación llega y aprendemos a vivir de manera sana… siempre y cuando así lo deseemos. 

Ya lo acepté… ¿ahora qué? 

Ahora, tras la aceptación, y tras entender que no somos las únicas personas en el mundo que viven un dolor, requerimos comenzar un camino de transformación. Cuando entendemos la idea de que no se pueden tener sentimientos diferentes haciendo lo mismo, es cuando decidimos encaminarnos hacia un nuevo puerto… entonces el horizonte se clarifica y, por más oscuridad que hubiera en nuestra vida, nos damos cuenta que podemos volver a sonreír. Es cuestión de decisión y, sobre todo, de acción. ¿Cuesta trabajo? ¡Por supuesto! Pero las recompensas son tan grandes que vale la pena dar un poquito más del 100% durante los metros más complicados de la escalada. 

Haz algo por otros… y no sabes lo que harás por ti. 

Cuando hemos decidido tomar un nuevo rumbo, ya encaminados hacia nuestro bienestar, no hay nada mejor que hacer algo por quien lo necesita, para que nuestro amor propio llegue a su máxima expresión. Muchos dirán que primero debemos amarnos antes de dar amor a los demás, pero debo decirte que el amor ya está ahí, y en ocasiones solo nos damos cuenta que existe cuando lo compartimos. ¿No admiras a alguien que hace labores altruistas, por ejemplo? Entonces, comienza a hacer que tu niño o niña interior, que está mirando todo desde tu corazón, sienta admiración por ti. 

Aceptar el dolor, dar un esfuerzo extra cuando creamos no poder más, y hacer algo por alguien, son los tres secretos que en cierta ocasión me compartieron, para poder recuperar mi autoestima, cuando todas las apuestas estaban en contra. ¿Cuál ha sido el momento en el que las apuestas decían que no ibas a lograrlo? 

Te invito a reflexionar, a comentar y a COMPARTIR este escrito. ¡Hasta la próxima!