Me gusta compartir contigo estos artículos ya que, estando donde estoy ahora, llego a donde estás tú sin necesidad de trasladarme, únicamente mediante la magia de un teclado y de la tecnología.

Como sabrás, dentro de mis actividades preferidas se encuentra el impartir conferencias y talleres relacionados con el desarrollo humano; en uno de los temas que más disfruto, titulado “Enciende la luz”, hablo sobre los distintos tipos de personas con los que nos encontramos a lo largo de nuestra vida. El objetivo de esto no es etiquetar a quienes nos rodean, sino acomodar el corazón y la mente para brindar a cada uno, o cada una, el lugar que debe ocupar.

¿Por qué considero necesario hacer esto?

Resulta que frecuentemente nos encontramos con un problema o, más que problema, yo diría que es una situación común: nos aferramos a dar a las personas un lugar distinto del que han decidido tomar en nuestra vida; por ello vienen apegos, relaciones tóxicas, añoranzas… que mediante el dolor nos hacen recordar que tenemos corazón y que traen como resultado emociones que nos conviene dejar.

Para mí, lo menciono durante la conferencia, las personas en nuestra vida son como diversos tipos de estrellas. Hay quienes son como estrellas fugaces: llegan quizá para cumplir un deseo, o a darle belleza a la constelación de nuestra existencia, pero de repente se van… para no volverlas a ver. Sabemos que están por ahí, dando belleza a otros cielos y las recordamos por haber cruzado el nuestro, pero no podemos ni debemos esperar que regresen, porque no lo harán.

Hay otras personas que son cometas: Aparecen cada cierto tiempo, brillando y dejando huella; iluminan justo en el momento en que nuestro cielo está más oscuro, para poder admirarlos mejor y agradecer por su brillo. Sabemos que, aunque se alejen por mucho tiempo, esas personas volverán a aparecer, para brindar apoyo y luz en los momentos que más les necesitemos.

Finalmente, hay otras personas que llegan y se mantienen, que son estrellas que están ahí siempre. Durante el día no las vemos ni creemos necesitarlas porque el brillo de un gran sol las oculta, pero por la noche, cuando queremos un poco de luz, nos percatamos que ahí están y han estado aportando su luminosidad sin siquiera pedirlo… incluso ocultas tras las nubes, sabemos que las veremos si nos acercamos lo suficiente.

Si bien hay mucho que hacer en este Universo, considero que una de nuestras más grandes tareas es saber reconocer a cada tipo de estrella y, quizá lo más difícil, saber agradecer por la luminosa presencia de cada una de ellas en nuestra vida, sin importar el tiempo de su brillo; porque aún haya sido una estrella fugaz o un cometa, fue una luz que nos ayudó en determinado momento.

De corazón te invito a reflexionar y agradecer por cada cuerpo celestial que ha cruzado por tu vida y, si así lo quieres, permíteme permanecer en tu cielo durante las noches más oscuras e incluso cuando el Sol brille o cuando las nubes hagan su aparición. ¿Cuáles son los nombres de las estrellas más importantes para ti?

¡Gracias por escribirme en @aemeraz, por compartir este texto y, sobre todo, por brillar! ¡Sigue leyendo!