Durango está en fechas de renovación. Los 39 municipios están estrenando presidente; en unos días también entrará al poder el nuevo gobernador y su equipo, además de que la Comisión Estatal de Derechos Humanos también inicia un nuevo periodo, con nueva titular. Sé que los textos que normalmente publico en este espacio no van de política, pero, usted comprenderá, hace seis años que no se presentaba una oportunidad como esta para hacer las cosas de manera diferente. Si Durango no es su estado de origen o residencia, le pido que continúe leyendo, pues lo que aquí expondré bien puede aplicarse en cualquier entidad del país. Dicho lo anterior, comenzamos.

¿Qué opina usted sobre la discapacidad?

Para muchos, el que alguien nazca con discapacidad, o adquirir una con el paso de los años, resulta ser sinónimo de castigo divino; una carga eterna, una barrera insuperable que generará dependencia total durante el tiempo de la triste y trágica vida. Sin embargo, para la mayoría de quienes sí vivimos con esta condición, finalmente solo se trata de nuestro día a día, sin tantas etiquetas como la gente común se imagina. ¿Cuál es, entonces la opinión suya con respecto a la discapacidad? La respuesta dependerá de la experiencia que haya tenido usted y, si no tiene ninguna, influirá lo que le hayan dicho que esto significaba. Es muy importante conocer cómo cada persona interpreta a la discapacidad, pues de ello dependerá su actitud futura hacia este colectivo.

Pues lo que yo opine no importa mucho, así que…

Usted podrá decir: “Mi opinión no influye tanto, ¿o sí?” Y la respuesta es: por supuesto que influye. Lo que usted crea con respecto a la discapacidad impactará en las futuras decisiones que usted tome en caso de encontrarse en una situación como esta, o si algún familiar o amigo lo vive. Además, si usted es padre o madre de familia, su mentalidad se transmitirá hacia sus hijos, hijas, sobrinos y sobrinas. Socialmente así se ha ido construyendo la cultura alrededor de la discapacidad, misma que nos ha dado la imagen de vulnerabilidad y lástima que hoy nos estigmatiza.

Ahora que si además de ser cabeza de familia, usted llega a un cargo como gobernador, diputado, alcalde, entre otros, o a presidir una institución social tan importante como la Comisión de Derechos Humanos, pues ahí la cosa ya es más trascendente… y aquí le explico por qué.

Las ideas nacen de la cabeza.

En cualquier institución, ya sea política o social, los programas y proyectos que se llevan a cabo son los que nacen en la mente del nuevo titular y, por supuesto, también los que él o ella considera importantes para ejecutarse. Así pues, en este 2022, el futuro a corto y mediano plazo de las personas con discapacidad en Durango está en juego, pues en las próximas semanas nos daremos cuenta de si los miembros de este colectivo somos vistos (o no) por quienes ocupan estos cargos en la vida pública de nuestra entidad.

¿Qué opciones tenemos, entonces?

Existen tres escenarios que podrían darse en Durango con respecto a la discapacidad. El primero, y menos benéfico para todos, sería que Esteban Villegas, José Antonio Ochoa (hablando de la capital) y Karla Obregón, consideraran que no es prioritario atender este tema y que, al final, suceda justo lo mismo que en los seis años de la administración estatal que termina… nada.

El segundo, y más probable, es que ocurra lo que ha sucedido en administraciones anteriores: ver a las personas con discapacidad como sujetos de asistencia y que se realicen programas de entrega de aparatos funcionales, becas, etc., continuando con la imagen social de dependencia que hasta la fecha seguimos cargando.

El tercero, mismo que sería el ideal, es que tanto el gobierno estatal, los municipales y la CEDH, consideraran a la discapacidad solo como una característica de las personas y que, en lugar de verla con lástima, supieran que existen hombres y mujeres en esta condición que son capaces de aportarle a su proyecto desde adentro, como parte de su equipo de trabajo, y no solo como bandera para que se les vea como personas de buen corazón.

¿Usted qué haría? Ya para el mes de octubre sabremos qué nos depara a las personas con discapacidad; sabremos si se nos sigue viendo con lástima y asombro, como casi-héroes capaces de superar las barreras que existen en nuestra tortuosa vida o, por el contrario, si las personas al frente del equipo llamado “Durango” nos ven con las habilidades y destrezas para entrar a la cancha y formar parte activa en la administración que recién inicia. Al final nos verán como decidan vernos y su opinión hablará más de ellos que de nosotros.

Estoy a sus órdenes para recibir comentarios en mis redes sociales; puede encontrarme como “aemeraz” en todas ellas. ¡Sigamos adelante!