La imagen muestra un teléfono inteligente de color negro en posición vertical. La pantalla del teléfono está animada con una caricatura que parece estar viva y salir de la pantalla. La caricatura es un personaje azul sonriente con grandes ojos blancos y negros, y una boca grande abierta en una expresión de alegría. Tiene brazos y manos extendidos como si estuviera abrazando a alguien y pies amarillos que parecen zapatos, que están plantados en el suelo, dando la impresión de que el personaje está parado. La caricatura está rodeada por un efecto de luz azul que gira alrededor de su cuerpo, lo que añade un efecto dinámico a la imagen. El fondo es de un color beige suave y uniforme.

Me encanta imaginar a la vida como si fuera un teléfono celular. Tenemos nuestra mirada en la pantalla, pero a veces estamos tan distraídos que, sin darnos cuenta, pulsamos el botón de rechazar al momento en que el destino nos llama para temas importantes como nuestra misión. ¿Cuál es la clave para decir a estos intentos de comunicación por parte del Universo? Lo descubriremos juntos en este artículo.

Cuando nuestra mente se encuentra en paz, o sea en el presente, podemos recibir con mayor facilidad los mensajes que el universo nos envía. Ya en el aquí y el ahora” ¿qué me conviene hacer en seguida?

Pregúntate: ¿estoy listo para la llamada?

Para aceptar o ignorar una llamada, en primer lugar, debemos tener un teléfono de contacto. Imagina que charlas con alguien y le dices que te llame; pregunta tu número y, lamentablemente, no tienes una línea disponible. El Universo es así con nosotros: a veces le pedimos todo aquello que queremos o se nos antojaría ser, hacer o tener, pero nuestro “número de contacto” cambia cada 5 minutos, es decir, no tenemos una idea de lo que queremos en realidad. Al final, el Universo se confunde y no sabe a dónde llamar. Tu primera tarea es: aclara en tu mente lo que quieres y, entonces, da de alta tu número para que el destino pueda llamarte sin interferencias.

¡Nunca tengas tu señal en silencio!

Todas las personas, absolutamente todas, recibimos llamadas del Universo. Sin embargo, hay quienes creen que nunca les han llamado para darles una misión, porque traen su receptor en “silencio”, para que no moleste. Resulta que con el paso de los años y al mirar en retrospectiva, se dan cuenta de todas las “llamadas perdidas” del destino; se dan cuenta que una misión no se trata únicamente de la carrera que eligen o del trabajo que tienen, sino de todo lo que les apasionaba y decidieron dejarlo, porque no confiaron en sí mismos, porque les dijeron que no se podía o porque les pareció complicado iniciar. El Universo nos llama con emociones, pero al hacer lo que otros dicen y dejarnos a un lado a nosotros mismos, entonces estamos quitándole el volumen a nuestro receptor… y así permanecerá hasta que cada uno lo decida. ¿Dejas que tu corazón suene, o lo tienes en silencio?

¡Responde a números no registrados!

¡Te ha pasado que pierdes una oportunidad importante porque no tenías guardado al contacto que llamó? Bien, pues el Universo no tiene siempre el mismo número, es decir que buscará montones de formas para que le atiendas. Cuando esperas “señales” del destino, ya cuando sabes lo que quieres y tu antena está alerta, entonces toda tu vida se convertirá en un mensaje. Como recomendación, si eres de los que piden señales y señales para saber qué hacer, hoy cambia y comienza a pedir sabiduría para identificar e interpretar las señales, pues día con día las recibimos: en una canción, un mensaje escrito, una imagen en redes sociales, las palabras de una conversación ajena, el texto de un periódico antiguo, un anuncio publicitario, una frase de alguna película, el artículo de un blog que te apareció por accidente o hasta en un sueño puedes encontrar aquello que buscabas.

¡Acepta la llamada! El destino jamás te llevará por caminos que no puedas transitar. Pierde el miedo y confía, pues cuando tu corazón está al mando todo es como debe ser.

Espero tu mensaje en @aemeraz en todas las redes, para saber cómo se comunica el destino contigo. Gracias por leer, comentar y compartir. ¡Sigue leyendo!